28 marzo 2008

'Tertulienses'


Las tertulias poseen un encanto innegable. Distintas voces, visiones opuestas y puntos de vista parecidos, experiencias propias y anécdotas de otros, exposiciones vibrantes y algún monosílabo rotundo. Sólo hacen falta tres o cuatro humanos con ganas de charlar y algún interés común.


Pero ponles un micro delante, dales un sueldo y añádele el apellido de periodística. Entonces la tertulia se expande y se cuela en nuestra rutina para convertirse, con las prisas, en una de nuestras principales fuentes de información. Por eso presumimos que sus protagonistas, los tertulianos, investigan, leen, fundamentan sus opiniones, aportan datos poco conocidos, interpretan la realidad, recurren a las hemerotecas… En fin, las reglas básicas del manual del tertuliano, cuyo trabajo consiste esencialmente en dar un paso más que el común de los mortales que normalmente no tenemos tiempo para ahondar en la actualidad diaria. Entre otras cosas porque no nos pagan por ello.


¡Qué ilusas, agujetas! La mercancía intelectual cotiza a la baja. Se repiten los mismos argumentos e incluso admiten desconocer la actualidad, que es tanto como incumplir con su contrato laboral. Un poco de sesgo político y un uso mediocre del lenguaje completan el perfil de esta nueva especie denominada tertuliense. Se trata de ese espécimen que va de una tertulia a otra sin pisar la calle. No tienen tiempo de sentir la realidad que analizan e interpretan unas cuantas veces al día. Le resulta imposible pararse a pensar, sólo hablan y hablan bajo un mismo guión. Las malas lenguas dicen que los tertulienses han dejado de ir a sus casas y viven al lado del estudio o del plató, lo que corresponda. Otros van más allá y aseguran que todos habitan en un edificio bien comunicado y funcionan al estilo: “¿Teletertuliense dígame? Hola. Necesito uno de derechas, pero moderado, que ya ha pasado la campaña. –Marchando”.

27 marzo 2008

CARENCIAS


Me impresiona la cara del tipo que se ha autoinculpado del crimen de la niña onubense. Es espeluznante intentar bucear en esos ojos. Qué tristeza me provocan esos padres.





Nunca he intentado convertirme en algo que me ha negado la propia naturaleza, demasiado maquillaje y un exceso de máscara puede ocasionar que la formas pseudoreales se disuelvan por completo. Dentro de esa lucha contra la aceptación de formas y deberes de otros, de poses y estados, uno no puede evitar que en algún momento concreto el intento por ser uno mismo sea en vano. Aceptas otros argumentos y sonríes.




Llegado el caso, cuando te descubres sin pizca de envoltura, cuando puedes sentir los párpados fríos y los labios secos, cuando el rostro que miras es el único que tienes, entonces, no hay remedio. Puedes contar con precisión cada una de tus carencias y no virtudes.


La que me llega más acusada, sin aviso ni preaviso, es la tendencia irremediable e irrefutable de sentirme aturdida por la bipolaridad humana. Cómo es posible que hagamos lo mejor y lo terrible. Cómo unas manos pueden crear armonía y también pueden ser humillantes. Cómo.


Esa certeza me traslada a la siguiente. Quizá más dolorosa y constante. La presencia diaria de la inconsistencia de nuestra realidad, no la de los libros o la del universo, sino la nuestra, la pequeña, la propia. Cuánto dura la película y cuál es su fin.





Y así, enumerando, pasan las horas. Otras que no tienen remedio.


26 marzo 2008

Buenos humos


Hoy se cumple una semana desde que encendí mi último cigarro. Me acompañó en una cena de reencuentros de esos que reafirman la amistad, nos devuelven a los años mozos y fluyen con la naturalidad que dan los momentos compartidos, los buenos y los malos. Dejar de fumar después de una campaña electoral es más duro que dejarlo a primeros de año porque el horizonte no son 365 días, sino toda una legislatura, o eso al menos me he propuesto yo. Por ambición que no quede.

También he decidido ir al gimnasio, retornar a mis tardes cinéfilas, sobreponerme al final de 'La elegancia del erizo' y sonreir con sinceridad. Y no descarto ampliar mis conocimientos en la lengua de Ian McEwan.

Total, que con tanto lío no me he puesto con las quinielas políticas. Supongo que es porque me imagino la escena de los protagonistas alrededor de una mesa camilla, bajo una luz tenue, nublada por el humo de los cigarros...y claro, me dan ganas de fumar. Así que aunque reconozco que me pica la curiosidad, voy a practicar el noble arte de la paciencia (si es que me dejan y no lo estropea la innoble artimaña de la filtración)

25 marzo 2008

SÍNDROME DEL NIDO


Está bien. Ya hemos vuelto.
Lo primero, limpiar las telarañas que se estaban formando en las esquinas de este cuarto de estar. A ver...zas-zas, así, con el cepillo de la escoba damos unos cuantos manotazos al techo y listo. Como nuevo. De paso, voy a sacudir los manteles, la funda del sofá y la alfombra. A la basura con los restos. Ummm... así mejor. El olor a detergente siempre es agradable. Alguno pensará que ya me ha invadido el síndrome del nido- léase ese estado semihipnótico en el que un ser sólo percibe la suciedad en diversas y variadas formas y siente un deseo cuasidivino de ponerse a barrer y lavar-Pero no es exactamente eso.


Se trata más bien de los vapores florales que arrivan con la nueva estación.
Es hora de abrir las ventanas y dejar que entre el aire primaveral. De ordenar los estantes y de empezar nuevos cuadernos. De disfrutar de ser lo que somos. Que es mucho.
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Una vez guardados los abrigos envueltos en naftalina voy a empezar a descubrir las camisetas de manga corta y mis piernas sin disfraz. Después de tantos meses uno siempre se hace la misma pregunta: ¿de verdad yo he ido alguna vez enseñando los brazos? ¿he paseado sin medias ni calcetines por ésta o cualquier ciudad del mundo?¿me he puesto alguna vez en plenitud de mis facultades psíquicas esa mini braguita bikini?. Es lo que tiene. Volver a descubrir la verdad.
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Nota mental: para los que han disfrutado de la última línea de libros pasados, un par de próximas lecturas, por si acaso: Terrorista, John Updike. Chesil Beach, Ian McEwan.



Una se marcha despacito a bucear por tercera vez en Rayuela.


Nota mental (bis): vayan al cine a vivir Los falsificadores. Una delicia.


17 marzo 2008


Las agujetas han decidido hacer la maleta y marcharse unos días de vacaciones. Después del trajín electoral y de la celebración posterior, han metido unos cuantos trastos en la mochila y han elegido diferentes destinos. Unas a disfrutar del calor del hogar y otras a acariciar con los pies el agua del mar.


Regresaremos cuando hayamos borrado del calendario esta semana que alivia la rutina invernal y que da paso a la primavera, a las camisetas de manga corta y a los zapatos sin calcetines. Amenzamos con volver, con las pilas mejor cargadas, con montañas de besos de nuestros príncipes y princesas, con buen color de cara y con las lagrimillas rodando por la cara al alejarnos de lo que queremos tanto.


Me queda pendiente una reflexión estacional. La llegada de esta nueva etapa de olor a flores y algo de alergia, me despierta los sentidos.

Será, aunque más tarde.


13 marzo 2008

UN GRAN LAZO ROJO Y MÁS


Llega el momento de encender de nuevo las luces. De abrir las ventanas de siempre y de saludar otra vez a los de antes.


El retorno suele tener mucho de sosiego pero también una pizca de nostalgia. Reconoces el lugar, los rostros, el color de las paredes, pero extrañas otras horas y otros sitios. En el recuerdo conviertes lo malo en regular y lo bueno en mejor. Así somos. Deseamos lo anterior sin abrazar lo que tenemos. Vivimos otros días y pasamos de puntillas por el hoy. Una vez y otra. Sin descanso.


Me quedo con todos los recuerdos. Los amontono poco a poco, despacito, con cuidado. Primero uno, luego el siguiente- lo miro, lo limpio y lo dejo sobre los demás-. Cuando ya los tengo todos ordenados los envuelvo en papel de regalo y los ato con un gran lazo de color rojo. Todos mis recuerdos recientes, juntos. Reviso y busco un buen lugar dentro de casa, una suerte de escondite donde dejarlos quietecitos, a la sombra. Lo encuentro, su lugar, y allí los dejo. Con su papel de regalo, su lazo rojo y alguna sonrisa.


Pero no es cierto que allí estén todos. Me he quedado con uno de ellos. Quizá el mejor, el más valioso. No quiero envolverlo como un regalo porque es para usarlo a diario. Podríamos decir que no es un recuerdo como tal, es, más bien, una certeza. Suele llevar chaquetas de colores, gesticula mucho cuando explica cualquier cosa y su acento completa las palabras.


Ése no lo he metido con los demás. Aquí lo tengo.



12 marzo 2008

Felicidades


El teléfono ha dejado de sonar. Ya no llegan titulares a las 7 de la mañana. Leemos los periódicos con tranquilidad y comemos en casa. Una tarde de compras, café con las amigas...en fin, que como apuntábamos el domingo, continuamos con nuestras agujetas, pero eso sí, las que produce el día a día.


Así que hoy no pienso hablar de Rajoy y de su equipo, se acabó analizar los porcentajes de votos ganados o perdidos aquí y allá, y por supuesto me resbalan los preparativos de la Semana Santa de la ciudad en la que vivo. Hoy me voy de cumpleaños. Quiero salir a cenar, restregarle que ya tiene 31 años, reirnos y pedirle perdón por no comprarle la Play 3. Felicidades cariño.

09 marzo 2008


Hoy nos toca noche de celebración. Vamos a sustituir nuestras agujetas electorales por una resaca de las gordas. Tenemos nuevo presidente del gobierno y nos gusta.
Aún no están los resultados definitivos en Andalucía, pero tenemos la sensación de que también nos vamos a beber un par de copitas para celebrarlo. Auguramos algo bueno.
Por lo demás, nosotras aún no sabemos qué hacer con nuestras agujetas electorales, quizá las sigamos manteniendo, aunque se conviertan en "agujetas cotidianas". Qué más da. El caso es que nos ha gustado la experiencia y a las cosas nuevas no hay que echarles el cerrojo.
Nota mental: Hazme el favor-le dice agujetas número 1 a agujetas número 2-no cierres los ojos en las fotos que te pareces al chinito de la cafetería. Vale-dice agujetas número 2- lo intentaré, pero no prometo nada. Le debemos un post al matrimonio chino-ruso del bar de los desayunos eternos, piensan.

07 marzo 2008


Suspendida la campaña. Aparcado el autobús de la caravana. Tristeza en este último día para llamar a la ciudadanía e invitarla a la fiesta de la democracia.


Asesinada una persona inocente. De nuevo.


Y nosotras lloramos con su familia. Con toda España.

05 marzo 2008

Ganadoras


Las agujetas se alivian paulatinamente, cuando el cuerpo asimila el ritmo impuesto. Quince días...pues vamos, que ya queda uno menos, decimos con ánimo. Pero la naturaleza es sabia y sabe distinguir los esfuerzos puntuales de las cargas constantes. Y éstas últimas no causan agujetas sino dolor crónico.


Zapatero ha dicho hoy que las elecciones del domingo las ganarán las mujeres. Y yo quiero creerle.


04 marzo 2008

Una copita


Quedan tres días. Intensos, sí, pero sólo quedan tres. Reconozco que se va mermando nuestra capacidad de escapar y comportarnos como meras espectadoras. Me siento en la mesa del hotel e imagino que interpreto Carrie Bradshaw, pero claro, la política no da tanto juego como el sexo y lo queramos o no, Almería no es Nueva York.


Reflexionar requiere pararse, tomar aire fresco, mirar a otro lado y, por fin, volver a fijar la vista y encontrar ese detalle que resume nuestro particular diario.


El de hoy no ha llegado hasta muy tarde. Ya de noche. Cuando nos hemos sentado a cenar con el firme propósito de desconectar. Imposible. Repaso del día: rueda de prensa, encuentro universitario, un par de horas de autobús, un poco de frío en un mitin al aire libre y las previsiones de mañana. ¿Nos vamos a dormir? Vale. Llama al ascensor. Subimos, y cuando estamos arriba nos damos cuenta de que no tenemos material para este post. Así que, abajo otra vez. Vamos a tomarnos una copita joder. Pues vamos. La tomamos, nos reimos. Y volvemos a la habitación para seguir trabajando un poquito más.

Sin más

La mayoría de las ocasiones la política bebe del veneno de la realidad. Se impregna de los peores vapores que hacen de los seres humanos pequeños montruos de bajas pasiones. Del rencor que nace de la batalla. Nos odiamos a sorbitos. Aunque sólo sea por un rato.

Bien sabemos cómo miran los ojos de la guerra, no de aquéllas de metralletas y niños soldado, sino de las luchas de cada día. De las de andar por casa. Las guerras de palabra. Los tiros de saliva.

Anoche las imágenes de a dos mostraban las diferencias. De un lado, el tirador, de uniforme verde, del otro, la trinchera. Los tanques frente al tratado. Las granadas contra los planes. Las pistolas sobre el futuro.
Sin más. No gana la lucha. No vence.
Nota mental: recuperar la sencillez como arma de construcción masiva

02 marzo 2008

Golpes Bajos


Nadie canta cuando pasa por un mal momento aunque la letra parezca hecha a medida y sirva para regodearse en su particular derrota. Es así. La música es ritmo, un respiro, un empujón, una salida tan buena como cualquier otra.


Hoy hemos decidido ponerle el título de una canción al debate. "No mires a los ojos de la gente" y sigue, "me dan miedo, siempre mienten... ". Algunos han optado por Golpes Bajos, pero no nos importa. Nosotros cantamos porque nos sentimos bien, seguros, tranquilos. No mentimos y miramos a los ojos de quien nos quiera escuchar.

LA REALIDAD DEL DOMINGO


Un domingo cualquiera.

Brilla el sol, duerme el despertador y los minutos viven silenciosos en el reloj del salón. Dormitan las luces que entran por las rendijas de las persianas y mueren a las puertas de la cocina. Se pueden escuchar los pasos diminutos del algún pequeñajo que busca el despertar de su madre, el ruido del cerrojo del trastero donde un padre en chándal busca entre los trastos las bicicletas. Huele a café en la escalera. Aroma de domingo, sin más.


Consigo huir del abrazo de las sábanas y de un salto me miro en el espejo. Uno mismo frente a sí es la primera imagen del día. La cara de sueño, el pelo revuelto y las malditas sombras violetas debajo de los ojos-nunca se marchan, ni tras una batalla de sueño-. Soy yo, la misma de siempre, con las mismas cejas, la misma nariz, iguales mejillas, boca, dientes...levanto la camistea rosa de mi pijama y me miro el ombligo. Ahí está. Como siempre. Fuera el pijama y bienvenido el pantalón del domingo. Cómodo y sencillo. Como debe ser el último día de la semana, la desembocadura del quehacer, el día de la nada.


Una vez en la calle camino con la mente puesta en las futuras tostadas. Un par de rebanadas con tomate. Zumo de naranja natural y un café. Me falta el periódico.

¡Anda, no sabía que había subido el precio!-comento en alto. Hace dos días ya-responde el señor. Como llevamos tantos días de caravana, pues ni nos hemos dado cuenta-me dice ella. ¿Estáis de caravana?-nos dice el señor alegremente-aquí hay un vecino que también va de caravana, me tiene encargado que le traiga ésto-dice mostrando una revista de buen papel. Caravan, leemos, todo lo que hay que saber para ser un buen campista y disfrutar de su caravana.


Realidad, domingo.


Nota mental: no hay nada como hacer algo normal para ser normal.


01 marzo 2008

THE HAPPINESS


Hoy nos ha tocado descansar. Anoche, tarde, apagamos nuestros móviles y hemos estado casi medio día con la cabeza pegada a la almohada. Menos mal.

Después de un desayuno cercano a las dos de la tarde y de una tarde de películas serie antena 3, nos comemos una pizza barbacoa y nos hacemos ovillo en la butaca del cine. Si nos gusta la película, ya os decimos. Por ahora, sólo es reseñable alguna lagrimilla siestera pensando en las madres, las nuestras. Las únicas e irremplazables. Las mejores mujeres del mundo. Aquéllas a las que un simple bocadillo o un vaso de colacao les sabe diferente, a las que siempre recurrimos cuando tenemos un pequeño tropiezo y nos duele la rodilla. Las señoras madres, que siempre están ahí, para arroparnos antes de dormir y para decirnos -te vas a caer, te vas a caer-plof, nos caemos-te lo dije.



Nuestras madres en este sábado son lo más importante. Este sábado y todos. Sin excepción.





Nota mental: ir preparando el cuerpito para el debate (y para las noche fuera de casa)