Voy a disculparme por echar a medias el cerrojo. Tras la resaca familiar que vendrá a partir de mañana me escabullo unos días más buscando el refugio antes de la batalla.
Cuando vuelva,en poco más de un mes, habrá alguien más en casa.
"Siempre llegamos a donde nos esperan", El Libro de los itinerarios.
Nota mental: disfruten de los ratitos.
22 diciembre 2008
17 diciembre 2008
Escarcha
Capítulo 6
Así andaban, Punch and Judy,
atrayéndose y rechazándose como hace falta
si no se quiere que el amor
termine en aroma o en romanza sin palabras.
Pero el amor,
esa palabra...
Nota mental: me pierdo, con los dedos congelados, entre los recuerdos que aparecen antes del día. Con aquello que se extraña cuando se pierde la capacidad de conciliar el sueño. Sobre la nieve de un pasado aún tibio, en el presente que ya es pasado y sin aquéllos a los que necesito y que están lejos.
14 diciembre 2008
Opciones y tormentas
Podemos hablar de la desazón o la ternura que nos provoca una lluvia de verano. O de la que nos empuja a mirar por la ventana mientras explota una tormenta de diciembre. Con los pies abrigados en calcetines de lana de dos colores. Las manos dentro de los bolsillos y el corazón en cualquier sitio.
Prefiero las tardes nubladas navegando en algún libro. Dando saltitos de un mundo a otro, mirando de reojo otras almas que como yo, dejan reposar sus inquietudes entre los pliegues del sofá.
Miro las gotas resbalando por el cristal, manchando de forma transparente e invisible mi mañana, dejando correr sus lágrimas de agua. Pienso en aquéllos que debe tomar alguna decisión y no saben cómo hacerlo. En los que ya la han tomado pero aún flaquean. En la ansiedad de tener frente a frente un par de caminos y no poder tomar ninguno.
Saber que no estás viviendo lo que debes o lo que quieres. Sentir que debes echar el freno, cambiar de rumbo, voltear, girar, darte la vuelta. Y los pies, esos malditos, que aunque saben correr, a veces no responden.
Sin más, sin pretexto, sin forma, sin fecha, acabamos.
Dejamos a un lado la cuchara del café, apuramos la taza y nos vamos.
Buscando otra silla, o ninguna.
Prefiero las tardes nubladas navegando en algún libro. Dando saltitos de un mundo a otro, mirando de reojo otras almas que como yo, dejan reposar sus inquietudes entre los pliegues del sofá.
Miro las gotas resbalando por el cristal, manchando de forma transparente e invisible mi mañana, dejando correr sus lágrimas de agua. Pienso en aquéllos que debe tomar alguna decisión y no saben cómo hacerlo. En los que ya la han tomado pero aún flaquean. En la ansiedad de tener frente a frente un par de caminos y no poder tomar ninguno.
Saber que no estás viviendo lo que debes o lo que quieres. Sentir que debes echar el freno, cambiar de rumbo, voltear, girar, darte la vuelta. Y los pies, esos malditos, que aunque saben correr, a veces no responden.
Sin más, sin pretexto, sin forma, sin fecha, acabamos.
Dejamos a un lado la cuchara del café, apuramos la taza y nos vamos.
Buscando otra silla, o ninguna.
10 diciembre 2008
El Viaje
Rescato la gran maleta
del fondo de mi armario
Le sacudo el tiempo perdido
y la llevo a la ventana
para que le pueda dar el aire
Guardo en ella un par
de pantalones
dos camisteas con letras
y tres libros imperdonables
También algo de espera
mucho amor
y perdones.
Recorro el mundo
cuatro veces
y cinco más
Y, en cada vuelta,
en el retorno
cuando bajo del último autobús
siempre me encuentro frente a tu casa.
ZFP
Rescato la gran maleta
del fondo de mi armario
Le sacudo el tiempo perdido
y la llevo a la ventana
para que le pueda dar el aire
Guardo en ella un par
de pantalones
dos camisteas con letras
y tres libros imperdonables
También algo de espera
mucho amor
y perdones.
Recorro el mundo
cuatro veces
y cinco más
Y, en cada vuelta,
en el retorno
cuando bajo del último autobús
siempre me encuentro frente a tu casa.
ZFP
09 diciembre 2008
Existe alguien al otro lado que siente cómo su vida se desinfla.
Que observa por la cerradura de la puerta cómo se derrumba su historia.
Existe alguien al otro lado que descubre unas horas nuevas.
Un viaje en blanco.
Oportunidades con un gran lazo color rojo.
Ha merecido la pena el viaje. Las idas y venidas, los encuentros a medias, las habitaciones prestadas y alguna que otra lágrima. Ha merecido la pena la espera, los abrazos que no eran los nuestros, las horas compartidas desde lejos, las noches sin ti y los besos a la almohada.
Ha merecido la pena porque todo lo vivido lo he acumulado.
En mi cuenta de la vida.
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