27 enero 2010

Abandono

También reivindico mi derecho a enfadarme con el mundo.
Y pegarle un empujón y darle la espalda.
Pienso en quedar con él a una hora y ni siquiera presentarme.
Hacerle esperar toda la tarde bajo el viento que hiela los tobillos.

Enumero mis motivos y no caben todos.

Al igual que no caben los miles de niños huérfanos bajo los techados de Haití.

Nota mental: apagar la televisión y no leer los periódicos.

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