04 junio 2008

Tengo hambre

Cuando uno piensa en el hambre del mundo es incapaz de sentir la inmensidad de su perímetro. Es un concepto inabarcable, difuso y eterno. No tiene principio y carece de fin.


Se transforma en los ojos morenos de un bebé que ni siquiera tiene ganas de espantarse las moscas de la cara y nos empuja hacia un precipicio insondable y oscuro. Sentimos las inmensas tierras amarillas pobladas de millones de cuerpos agrietados por el sol. Y las aguas turbias, y los pies descalzos. Y, si se pone cierto empeño, hasta podemos notar el peso de otro cuerpo amarrado a nuestra espalda, caminando sin retorno hacia ninguna parte.




Nota mental: el hambreenelmundo dura lo que tarda una mando a distancia en apagar la televisión.

Nota mental_2: mientras, ellos, con traje de chaqueta y menú de caviar, parlotean sobre las medidas para no arreglar el mundo. Reunión de líderes en la cumbre de Roma.

5 comentarios:

Soniquete dijo...

Si me permites decirlo, hoy la foto supera a la redacción. Es de esas imágenes en las que piensas ¿dónde está ese Dios del que hablan las beatas? Es brutal, el Dios que permitiría esto y la foto.

Anónimo dijo...

no me acuerdo de cómo se llama el fotógrafo, pero nos contaron en clase que después de hacer ese reportaje se suicidó.

otros de mientras comen caviar, cómo tú has dicho


maria iciar

María Waleska dijo...

Efectivamente, se llamaba Kevin Carter, era cronista gráfico de la Suráfrica del 'apartheid', y la presión le empujó al suicidio. Ganó el Premio Pulitzer, pero fue incapaz de superarlo.

Soniquete dijo...

Gracias. Por supuesto, después de vuestras explicaciones he hecho un pequeño viaje por las páginas de internet que hablan de esta foto y de su autor. Qué frío debe tener un fotógrafo su corazón y vacía su alma para no hacer nada en una situación tan fácil. A cien metros del campo de refugiados, sólo tenía que haber llevado a la niña cien metros, para salvarla. No se puede salvar a la humanidad, pero no se puede dejar a un ser como ella a la suerte de un vuitre por un puñado de dólares.

Anónimo dijo...

¿por que, de todos los desastres y egoismos humanos le echanos la culpa a Dios? ¿No seria mas justo que se la echasemos a la indiferencio de los hombres? Como alguien dice en su comentario a los que vivimos bien y comemos todos los dias en la cuantia que queremos, tenemos la misma facilidad de quitarnos el hambre , que el olvidarnos de los que los sufren y para sentirnos solidarios con ellos ,solo sabemos decir ¡¡pobres ¡¡ ¿como puede Dios permitir eso , y....nosotros......
juancar