30 marzo 2010

Ciudades y chicles

El deseo de conseguir algo es inversamente proporcional a la percepción del tiempo que necesitas para conseguirlo. Así, por ejemplo, el horizonte visible de unas vacaciones se hace eterno aunque resten pocas horas.

El tiempo es como un chicle de fresa, unas veces se estira hasta aburrir y otras, pierde su sabor al primer mordisco.

Hay gente que siempre quiere estar en otro sitio. Pero las ciudades son siempre la misma ciudad, los que debemos cambiar somos nosotros.

Nota mental: siempre me he preguntado por qué los viajes de ida se me hacen muy largos y las vueltas discurren tan rápido.

Un regalo, para estos días vacíos de contenido cotidiano.






4 comentarios:

Anónimo dijo...

Deberías escribir más. Aunque tú no lo sepas, siempre hay alguien que espera una palabra hermosa, aunque sólo sea para que se la lleve el viento.

Anónimo dijo...

Pasa el tiempo y no vuelves a esta página. A mí me gustaba leerte, aunque fuera de tarde en tarde. Deberías volver al hábito de desparramar tu sensibilidad y tu talento aquí. Contéstame.

Anónimo dijo...

http://www.abc.es/20101222/economia/diputados-senadores-rechazan-tocar-20101222.html

Va a resultar que sois todos iguales, con ustedes los políticos la Democracia está en serio peligro. La gente está muy quemada y acabará por no votar, al tiempo...

mia fg dijo...

Hola! hace mucho tiempo no escribís en esta pagina? me fue de mucha ayuda leer semejante verdad!... a veces cuesta asimilar