No es necesario exponer aquí todos y cada uno de los datos que demuestran quién ha sido el ganador del debate de anoche. No hace falta. Me sobra con tener la certeza de que anoche, los tres que estábamos anclados en el sofá comiendo palomitas y aplaudiendo a nuestro preferido, sabíamos en el minuto 12, quién estaba llevando las riendas del asunto. No necesitamos más encuestas, ni mas datos, ni más opiniones de expertos, ni más nada.
Ha ganado por goleada. Y por eso nosotros aplaudimos. Sobre todo a aquéllos anónimos que hacen posible que las cosas salgan así de bien.
Nota mental: para la próxima sustituir la cerveza por ron con cocacola.
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