29 febrero 2008

Tranquilos, al final ganan los buenos


He estrenado zapatos. Descansaban desde hace semanas en el armario, pero zapatear desgasta y aunque las fuerzas flaquean, hay que eliminar cualquier prueba de ello.


Desayuno por todo lo alto: huevos fritos, tostadas con tomate, aceite de máxima calidad, café y un poco de melón de postre. Eso algunos, porque los que anoche alargaron el primer encuentro-cena-copa entre los que marcan el camino y los que chupamos rueda, no tenían el estómago para muchos excesos.


Como siempre, las referencias gastronómicas nos ayudan a recorrer el día. Se convierte a menudo en el mejor momento. Hoy, guiados por quien manda en Jaén y más allá de sus fronteras, degustamos unas exquisitas migas con huevo frito. El segundo del día.

Con la digestión a medio hacer, escuchamos palabras demasiado necias como para no contestarlas. Indignación generalizada ante una prueba más del “analfabetismo” político de quienes se pasan la vida mintiendo y tratando de disimular. Pero no les va a funcionar. Porque al final, al menos en estas líneas donde nosotras mandamos, siempre ganan los buenos.

1 comentario:

bloguero jolyliano dijo...

Hola chicas, al margen de acuerdos o desacuerdos políticos, mi sincera, que ya es mucho decir en este mundillo, enhorabuena por vuestro blog. Os sigo con interés. Besos