01 marzo 2008

THE HAPPINESS


Hoy nos ha tocado descansar. Anoche, tarde, apagamos nuestros móviles y hemos estado casi medio día con la cabeza pegada a la almohada. Menos mal.

Después de un desayuno cercano a las dos de la tarde y de una tarde de películas serie antena 3, nos comemos una pizza barbacoa y nos hacemos ovillo en la butaca del cine. Si nos gusta la película, ya os decimos. Por ahora, sólo es reseñable alguna lagrimilla siestera pensando en las madres, las nuestras. Las únicas e irremplazables. Las mejores mujeres del mundo. Aquéllas a las que un simple bocadillo o un vaso de colacao les sabe diferente, a las que siempre recurrimos cuando tenemos un pequeño tropiezo y nos duele la rodilla. Las señoras madres, que siempre están ahí, para arroparnos antes de dormir y para decirnos -te vas a caer, te vas a caer-plof, nos caemos-te lo dije.



Nuestras madres en este sábado son lo más importante. Este sábado y todos. Sin excepción.





Nota mental: ir preparando el cuerpito para el debate (y para las noche fuera de casa)



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