Podría detenerme a bucear en el universo sexual de Rodin que anticipan algunos periódicos. O desenfundar la espada para arañar a los pisoteadores de mujeres. Podría incluso descubrir y embellecer una historia de encuentros que me llega desde el norte. Rescatarla de la realidad, darle forma, contarla. Moldear los detalles básicos para relatar un bonito guión. Varios paseos por el parque. Dos perros. Dos personas. Alguna sonrisa y un comienzo.
Me gustaría ponerle música.
Pero esta mañana sólo queda el silencio. La oscuridad reflejada en esas miles de personas que luchan por salir de los escombros. China. Al otro lado.
Y en éste. El amor mutilado. Los besos convertidos en piedras.
1 comentario:
Cuánto me gustaría poder tomarme un café contigo y hablar de nuestras vidas. Pero a pesar de todo, me alegro de tenerte como amiga.
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