Las mejores acontecimientos en la vida ocurren, casi siempre, por casualidad. Y así, sin más, me encontré anoche sentada en una butaca de teatro disfrutando de un par de horas estupendas.
La cena (Els Joglars)
No es necesario que recuerde que ante esta compañía de teatro uno no puede permitirse el lujo de quedar indiferente. Un puñado de magníficos actores, música de Vivaldi, una cena ministerial y el universo del cambio climático. Todo ello, aderezado con una salsa agridulce a base de buen guión y mejor escenografía.
La ministra de Medio Ambiente, en su afán ecológico salvemostodoselplaneta, decide celebrar una gran cena en un parador español a la que asistirán una veintena de dirigentes mundiales. El motivo, la lucha por el cambio climático, la búsqueda de un planeta sostenible, la biodiversidad, ecoequilibrio, ecococina, ecoecoecoeco... Como estrella culinaria encargada del evento, un gran maestro de la nueva cocina sostenible. Un dios de los fogones. El gran maestro. El mesías.
La sustitución de una religión de sotana por otra ecológica. Las mentiras y las bondades de los que dicen luchar por la salvación del planeta.
Guiños al patio de butacas, lugares comunes y algún que otro tortazo al tendido.
Nota mental: "eres un altruista con la humanidad y un miserable con los tuyos"
Nota visceral: la panda de cabrones que se ocultan bajo premisas inverosímiles ha vuelto a hacerlo. Ciertamente, son unos hijos de puta.
1 comentario:
Me da rabia. Se supone que la naturaleza indica que los pequeños aprenden de los mayores, por ser éstos últimos más experimentados. Y sin embargo, cada día que leo este blog, aprendo algo nuevo. Enfoques a veces tiernos a veces duros de lo cotidiano, que me hacen reflexionar desde mi diferente punto de vista. ¡Es genial! Y ahora Els Joglars, que también tienen mucho que decir. Si pasan por esta ciudad, no me lo perderé.
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