30 marzo 2010
Ciudades y chicles
El deseo de conseguir algo es inversamente proporcional a la percepción del tiempo que necesitas para conseguirlo. Así, por ejemplo, el horizonte visible de unas vacaciones se hace eterno aunque resten pocas horas.
El tiempo es como un chicle de fresa, unas veces se estira hasta aburrir y otras, pierde su sabor al primer mordisco.
Hay gente que siempre quiere estar en otro sitio. Pero las ciudades son siempre la misma ciudad, los que debemos cambiar somos nosotros.
Nota mental: siempre me he preguntado por qué los viajes de ida se me hacen muy largos y las vueltas discurren tan rápido.
Un regalo, para estos días vacíos de contenido cotidiano.
26 marzo 2010
23 marzo 2010
Primavera
(La Primavera, Boticelli)
Quería hablar de la mueca hostil que maquilla mi rostro cuando les escucho decir que todo ha sido producto de la revolución sexual, que hay algunos adolescentes que están de acuerdo e incluso provocan, que peor es el aborto o que quién esté libre de pecado que tire la primera piedra (sic)
Pensaba recrearme en la victoria de la izquierda en Francia o en la situación del señor mallorquín que compraba más barato y vendía más caro. Incluso tenía previsto darle la enhorabuena al nuevo gobierno andaluz.
Y al final, como siempre, me he perdido.
Y he acabado entendiendo por qué la primavera no necesita poemas.
Y por qué yo sí te necesito a ti.
18 marzo 2010
Canción de invierno y de verano
(...)
Cómo dudar que nos quisimos,
que me seguía tu pensamiento
y mi voz te buscaba-detrás,
muy cerca, iba mi boca.
Nos quisimos, es cierto, y yo sé cuánto:
primaveras, veranos, soles, lunas.
Pero jamás en el mismo día.
Ángel González
Cómo dudar que nos quisimos,
que me seguía tu pensamiento
y mi voz te buscaba-detrás,
muy cerca, iba mi boca.
Nos quisimos, es cierto, y yo sé cuánto:
primaveras, veranos, soles, lunas.
Pero jamás en el mismo día.
Ángel González
17 marzo 2010
Un kilo de dignidad
La dignidad es algo que no se vende por kilos. Si se vendiera, las colas serían interminables. Miles de rostros esperando su turno para llevarse a casa un cuarto de kilo.
Me lo llevo sin envolver, te dejo aquí mi parte de indignidad, que oye, no veas si pesa a estas alturas, y me la llevo puesta. Gracias señora, vuelva usted cuando quiera, mañana por medio kilo se lleva de regalo otro medio de sosiego. Voy corriendo a decírselo a mi marido. Y tan contentos.
Pero la dignidad, esa palabra que con sólo pronunciarla otorga seriedad, que huele a respeto, no está a la venta, ni de rebajas ni a precio de coste. Es un traje que se lleva incluso cuando la vida te obliga a ponerte de rodillas. A morder el suelo.
Quiero ser digna. Andar este camino con la cabeza así de alta. Mirar de frente.
Y cuando se acabe mi viaje, cuando ya no tenga surtidores donde repostar, quiero que la dignidad sea la última señal que me encuentre al mirar por el retrovisor.
Vivir y morir dignamente, sin más.
Nota mental: Andalucía aprueba esta tarde la Ley de la Muerte Digna. Bravo.
15 marzo 2010
Changes
Admito cierta incomodidad.
Los espacios se abren y se renuevan. Debe entrar aire fresco por la ventana pero sin que vuelen los papeles, las carpetas y las fotos que están en este momento sobre la mesa.
Tengo un tsunami en el estómago, un poco de arena en las venas y un litro de agua en los bolsillos.
..........................................................................................................................................................................
Comienza una nueva etapa.
Nota mental: te escucho con una cerveza en la mano y no pasa el tiempo.
11 marzo 2010
Cuando la dispersión entra en tu vida, no hay nada que hacer.
Vas caminando desde la cama con la cabeza justo debajo de una gran nube gris. Si te mueves para un lado, te persigue, si te mueves para el otro, también. Ahí la llevas, haciendo su trabajo en silencio, emborronando tus ideas y convirtiendo en marañas tus pensamientos.
Y pobre de ti si pretendes intentar deshacer el nudo.
No hay manera, te advierto.
La nube viene sin llamarla y se marcha sin echarla. Sin más.
Me voy a quedar un rato pensando en Galeano: "Las mujeres son iguales que los hombres: mitad basura, mitad maravilla. Mitad cielo, mitad infierno. Es el oficio terrestre."
Nota mental: otro día pensaré en los despertadores, ahora ya se me ha quitado el sueño.
09 marzo 2010
05 marzo 2010
Te encuentro en el baúl y decido sacarte un rato para que pueda darte un poco el aire.
LA SIESTA
Recupero la vida a la hora de la siesta.
En ese momento en el que los relojes bostezan y
las persianas niegan la entrada a los rayos de sol,
a los ruidos de la calle.
Vivo en esa parte del día donde se aletargan los ritmos.
Donde las camas se hacen grandes y las sábanas suaves.
Te espero en este rato, que es cuando mejor sé esperarte.
Con el mundo en silencio y dormido.
Abrazando el único sonido, mi pelo peleando con la almohada.
Me quedaré atrapada aquí, a la hora de la siesta, y dormiré.
Pero sólo después de lamer la tarde salada en tus ingles.
ZFP
04 marzo 2010
Ahogada la melancolía, al menos durante los próximos minutos.
Secreto
Nos pusimos de acuerdo.
Yo esperaba sin prisa por la esquina,
me hacía el despistado,
hablaba con el niño y los borrachos,
encendía un cigarro o compraba el periódico.
Aparenté no verte
llegar casi sin prisa,
arreglarte un momento en el descapotable,
abrir la puerta,
subir hasta el segundo.
Yo despisté al portero de las barbas rojizas,
y allí,
sin los silencios
del joven que se enfrenta,
sin tu arbolado anillo de goleta
que surca el matrimonio,
a pesar de tus pieles y mi piel,
nos pusimos de acuerdo.
Luis García Montero
____________
03 marzo 2010
El atasco
Esta mañana recordaba La autopista del sur mientras sentía la invasión motorizada acercarse a mi espacio personal. Rodeada de seres de cuatro ruedas o de dos, he avanzado lentamente en mi ficticio pero creíble refugio azul. Amparada por el dial que permanece memorizado sine die voy descubriendo los rostros que caminan bajo las gotas de lluvia. Últimamente todo intenta sobrevivir bajo la lluvia.
Creo que está creciendo una especie de verdina bajo mi piel. O peor, me da la sensación constante de que intento mudar el envoltorio. Se me escurren, como el agua permanente, las propiedades que anteayer me hacían específica. Varío, muto, metamorfoseo.
Como los torrentes de barro mudan el paisaje.
Como la naturaleza que siempre se rebela por recuperar su forma.
Creo que está creciendo una especie de verdina bajo mi piel. O peor, me da la sensación constante de que intento mudar el envoltorio. Se me escurren, como el agua permanente, las propiedades que anteayer me hacían específica. Varío, muto, metamorfoseo.
Como los torrentes de barro mudan el paisaje.
Como la naturaleza que siempre se rebela por recuperar su forma.
02 marzo 2010
Pasan las horas y no sale el sol.
Tiembla la tierra y se agita el mar. Caen sueños y mueren vidas.
En otra parte, alguien se sienta frente a un cuaderno y mira la punta del lápiz. Lo recuerda, toca su olor, el dibujo de su boca, el contorno de si misma cuando está a su lado. Escribe un par de palabras mientras se bebe el silencio, desterrando el buen destino que pasa de largo, que la evita.
Hay besos que pronuncian por sí solos
la sentencia de amor condenatoria,
hay besos que se dan con la mirada
hay besos que se dan con la memoria.
Hay besos silenciosos, besos nobles
hay besos enigmáticos, sinceros
hay besos que se dan sólo las almas
hay besos por prohibidos, verdaderos.
Hay besos que calcinan y que hieren,
hay besos que arrebatan los sentidos,
hay besos misteriosos que han dejado
mil sueños errantes y perdidos.
(...)
Yo te enseñe a besar: los besos fríos son de impasible corazón de roca, yo te enseñé a besar con besos míos inventados por mí, para tu boca.
Gabriela Mistral
Tiembla la tierra y se agita el mar. Caen sueños y mueren vidas.
En otra parte, alguien se sienta frente a un cuaderno y mira la punta del lápiz. Lo recuerda, toca su olor, el dibujo de su boca, el contorno de si misma cuando está a su lado. Escribe un par de palabras mientras se bebe el silencio, desterrando el buen destino que pasa de largo, que la evita.
Hay besos que pronuncian por sí solos
la sentencia de amor condenatoria,
hay besos que se dan con la mirada
hay besos que se dan con la memoria.
Hay besos silenciosos, besos nobles
hay besos enigmáticos, sinceros
hay besos que se dan sólo las almas
hay besos por prohibidos, verdaderos.
Hay besos que calcinan y que hieren,
hay besos que arrebatan los sentidos,
hay besos misteriosos que han dejado
mil sueños errantes y perdidos.
(...)
Yo te enseñe a besar: los besos fríos son de impasible corazón de roca, yo te enseñé a besar con besos míos inventados por mí, para tu boca.
Gabriela Mistral
22 febrero 2010
Qué bien cuando se levanta el día con un poco de luz.
Parece que los inconvenientes son menos, más débiles.
Hoy me late el corazón con algo más de fuerza.
Me he fijado en los pequeños detalles y en todas sus aristas.
Parece que los inconvenientes son menos, más débiles.
Hoy me late el corazón con algo más de fuerza.
Me he fijado en los pequeños detalles y en todas sus aristas.
Anuncio de primavera
Mi vida está hecha de noches,
de lágrimas de estrellas, de lunas
frías y silenciosas.
Como un ángel de las tinieblas
se acostumbraron mis ojos a las calles
oscuras, a la penumbra de los bares,
a la luz, de neón, artificial.
Gentes, recién llegadas de la tarde,
aseguran que volvió la primavera
y en mi ropero sólo hay trajes negros,
presentimientos negros,
máscaras de amargura.
Señora de los Cielos Luminosos,
cuando no sea un maldito
me haré unas alas
—como Ícaro—
e intentaré volar al sol.
Javier Salvago
19 febrero 2010
La peseta
16 febrero 2010
El reparto
Carezco de paciencia.
Debe ser que cuando se inició el reparto de virtudes ésta (la paciencia) se agotó justo en el bebé que nació antes que yo. Apenas me tocaron unas cuantas migajitas, casi nada, lo imprescindible para esperar a que pase un coche y cruzar la calle.
Sin embargo, el saco que contenía la insatisfacción estaba lleno cuando tocaba mi turno, el señor que se dedicaba al reparto justo vino a tropezar frente a mi cuna y se desparramó todo encima de mi pequeña cabeza. Dale, este niñita se ha llevado la palma-le oí decir al tipo mientras se sacudía su abrigo. Y ahí me quedé, hasta las cejas.
Menos mal que a última hora de la mañana de mi primer día de verano (recuerdo el calor y la humedad que impregnaban el ambiente aquel inicio de quincena de agosto) alguien se acordó y me dio un buen baño. El jabón debía tener aroma de valentía y unas gotas de decisión. Quizá también algo de fugacidad.
Y coco, recuerdo el olor a coco.
Debe ser que cuando se inició el reparto de virtudes ésta (la paciencia) se agotó justo en el bebé que nació antes que yo. Apenas me tocaron unas cuantas migajitas, casi nada, lo imprescindible para esperar a que pase un coche y cruzar la calle.
Sin embargo, el saco que contenía la insatisfacción estaba lleno cuando tocaba mi turno, el señor que se dedicaba al reparto justo vino a tropezar frente a mi cuna y se desparramó todo encima de mi pequeña cabeza. Dale, este niñita se ha llevado la palma-le oí decir al tipo mientras se sacudía su abrigo. Y ahí me quedé, hasta las cejas.
Menos mal que a última hora de la mañana de mi primer día de verano (recuerdo el calor y la humedad que impregnaban el ambiente aquel inicio de quincena de agosto) alguien se acordó y me dio un buen baño. El jabón debía tener aroma de valentía y unas gotas de decisión. Quizá también algo de fugacidad.
Y coco, recuerdo el olor a coco.
09 febrero 2010
Marea
En tu saliva me hundo
Sin gestos, sin ruido
Me abrigo con tus dedos- Duermo en tu olor
Sé que viajo sobre la balsa de tu espalda, mareada y sola
Agarrada a la lejanía
Sin destino,
sin fin
sólo agua
y viento.
(...)
Sin gestos, sin ruido
Me abrigo con tus dedos- Duermo en tu olor
Sé que viajo sobre la balsa de tu espalda, mareada y sola
Agarrada a la lejanía
Sin destino,
sin fin
sólo agua
y viento.
(...)
08 febrero 2010
04 febrero 2010
Oratoria presidencial y bastardos
El Deuteronomio,
nada tiene sentido si unos explotan
a los otros.
Nada sigue el camino correcto
si permitimos que se imponga únicamente
una moral basada en apretar el pie contra los cuellos
Que no se callen las voces que piden justicia
que gritan sus derechos
(aunque nadie les haya explicado
el significado)
Nada sobrevive si no conseguimos salvarnos.
Nota mental: y sí, es imbécil. Vender chaquetas que no valen lo que dice y defender que nos echen a la calle sin contemplaciones. AD, te has cubierto de gloria.
nada tiene sentido si unos explotan
a los otros.
Nada sigue el camino correcto
si permitimos que se imponga únicamente
una moral basada en apretar el pie contra los cuellos
Que no se callen las voces que piden justicia
que gritan sus derechos
(aunque nadie les haya explicado
el significado)
Nada sobrevive si no conseguimos salvarnos.
Nota mental: y sí, es imbécil. Vender chaquetas que no valen lo que dice y defender que nos echen a la calle sin contemplaciones. AD, te has cubierto de gloria.
03 febrero 2010
En el día del amigo
Nunca los he contado. Ni con los dedos de una mano ni con los dedos de la otra. No hace falta.
Están ahí porque se les necesita, porque saben cuándo tienen que llegar. Aparecen, se sientan a mirarte y el mundo cambia de canal. El mal no desaparece, claro, pero se hace menos doloroso, se difuminan sus rasgos, se evapora su mal olor. Llegan, te escuchan, te abrazan, comparten tus lágrimas y dividen sus fuerzas. Te sujetan las rodillas y te vuelven a poner en marcha, dan cuerda a tu espalda y te aligeran el peso.
Y caminas, de nuevo. Sin dejar de arroparte con su abrigo, sin olvidar que mañana serán ellos quienes tiriten de frío.
Y allí estarás tú. Con las palabras de consuelo y las fuerzas en la maleta, para abrigarles.
Para decirles, ahora, que ésto o aquéllo no merece su amargura.
Me gusta cuando compartimos. Cuando la única explicación necesaria no existe. Cuando sabemos, a lo lejos, todo lo que hay que saber.
Qué suerte saber que siempre hay alguien al otro lado, en la siguiente esquina, para darte un beso que no te esperas.
Están ahí porque se les necesita, porque saben cuándo tienen que llegar. Aparecen, se sientan a mirarte y el mundo cambia de canal. El mal no desaparece, claro, pero se hace menos doloroso, se difuminan sus rasgos, se evapora su mal olor. Llegan, te escuchan, te abrazan, comparten tus lágrimas y dividen sus fuerzas. Te sujetan las rodillas y te vuelven a poner en marcha, dan cuerda a tu espalda y te aligeran el peso.
Y caminas, de nuevo. Sin dejar de arroparte con su abrigo, sin olvidar que mañana serán ellos quienes tiriten de frío.
Y allí estarás tú. Con las palabras de consuelo y las fuerzas en la maleta, para abrigarles.
Para decirles, ahora, que ésto o aquéllo no merece su amargura.
Me gusta cuando compartimos. Cuando la única explicación necesaria no existe. Cuando sabemos, a lo lejos, todo lo que hay que saber.
Qué suerte saber que siempre hay alguien al otro lado, en la siguiente esquina, para darte un beso que no te esperas.
02 febrero 2010
01 febrero 2010
Up in the air
No hay nada mejor que mirar desde las alturas para encontrar una perspectiva diferente de la realidad. Allí abajo todo se convierte en minúsculo. Las calles son minúsculas, los coches, las casas, las aceras, las tiendas, la gente. También los problemas, las risas, las lágrimas, las broncas tras la cerradura, las pesadillas y los insomnios. Todo es diminuto, pequeños puntitos negros que se mueven a toda velocidad, susurros, aire.
Me senté en la butaca del cine y escuché.
Abrí bien los ojos y facturé en cien aeropuertos.
Arrastré mi mochila cargada de cosas y descubrí, de nuevo, que ya no quedan miserias humanas que inventar.
Ya hemos inventado todas.
Nota mental: quién no quiere despertar junto a él.
Me senté en la butaca del cine y escuché.
Abrí bien los ojos y facturé en cien aeropuertos.
Arrastré mi mochila cargada de cosas y descubrí, de nuevo, que ya no quedan miserias humanas que inventar.
Ya hemos inventado todas.
Nota mental: quién no quiere despertar junto a él.
28 enero 2010
Adiós, J.D. Salinger
Hola amiga, cómo tú de nuevo por aquí. Hola Holden, hace un minuto han hablado de ti y he decidido venir a buscarte. Ya ves, de repente me hago famoso de nuevo, ya verás como en la próxima semana vuelvo a ocupar el número uno de ventas, otra vez a sentarme durante días en las mesitas de noche...No te quejes, joder, que eso es un lujo, no sabes cómo está el patio por aquí...no se vende una mierda de literatura, bueno, hay algún difunto por ahí que también está teniendo suerte, pero poco más. Coño, tía, ¿y qué es lo que pasa? ¿que ya no lee la gente en el metro o antes de acostarse? Sí, sí, quedan algunos, menos mal, pero creo que lo falla es el tiempo y las ganas, bueno, ya sabes, yo soy un poco pesimista en general...tampoco me hagas mucho caso. Pues yo estoy encantado, ahora mismo he quedado con el jefe para darle la bienvenida, hace tanto tiempo que no lo veo...Pues dale recuerdos de mi parte, y dile que por aquí se sigue manteniendo ese halo de misterio que le ha rodeado todos estos años, ah, y que seguro que en breve vemos ediciones nuevas de su obra...y dale un beso fuerte, que no se te olvide. Tranquila, se lo daré, me marcho ya, que llego tarde, para variar. Vale amigo Holden Caulfield, me alegra saludarte. Besos, guapa, nos vemos en los bares.
Tempus Finit
El tiempo es un asunto complicado. O tenemos tanto que no sabemos qué hacer con él o andamos como locos rapiñeando minutos.
El tiempo es un señor extraño.
A veces se hace pesado como una roca, se empeña en permanecer quietecito y sobrio, mirándote sin apenas pestañear. Duro y denso, insoportablemente cansado. Minutos que son horas.
En ocasiones peca de hiperactividad, revolotea con rapidez, imperceptible, ligero. No te permite ni siquiera un apretón de manos. Vuela. Horas que son segundos.
Otras veces, directamente, no existe. Carece de espacio, de forma, de situación. Es nada, sin luz.
Nota mental: la primera conversación de la mañana versaba sobre cómo la distancia temporal nos convierte en extraños de nosotros mismos, ¿no?
27 enero 2010
Mapas
He tropezado con ella.
Qué raras suenan tus propias palabras cuando te las encuentras de repente:
Mapas
Qué raras suenan tus propias palabras cuando te las encuentras de repente:
Mapas
Invade mi diminuto país
y quédate sin tiempo dentro de mis fronteras
hasta que pueda ofrecerte
la nacionalidad
por permanencia.
Abandono
También reivindico mi derecho a enfadarme con el mundo.
Y pegarle un empujón y darle la espalda.
Pienso en quedar con él a una hora y ni siquiera presentarme.
Hacerle esperar toda la tarde bajo el viento que hiela los tobillos.
Enumero mis motivos y no caben todos.
Al igual que no caben los miles de niños huérfanos bajo los techados de Haití.
Nota mental: apagar la televisión y no leer los periódicos.
Y pegarle un empujón y darle la espalda.
Pienso en quedar con él a una hora y ni siquiera presentarme.
Hacerle esperar toda la tarde bajo el viento que hiela los tobillos.
Enumero mis motivos y no caben todos.
Al igual que no caben los miles de niños huérfanos bajo los techados de Haití.
Nota mental: apagar la televisión y no leer los periódicos.
26 enero 2010
25 enero 2010
EXORCISMO
Me he quedado en esta letra.
La canturreo desde hace días y he decidido iniciar el exorcismo ahora mismo.
Aquí la dejo, por si acaso decide entrar también en alguno de vosotros.
La canturreo desde hace días y he decidido iniciar el exorcismo ahora mismo.
Aquí la dejo, por si acaso decide entrar también en alguno de vosotros.
Cuéntale a tu corazón
que existe siempre una razón
escondida en cada gesto
del derecho y del revés
uno sólo es lo que es
y anda siempre con lo puesto
nunca es triste la verdad
lo que no tiene es remedio
Sinceramente tuyo, Serrat
Nota mental: desconozco el motivo de su presencia constante.
24 enero 2010
Papeles inesperados
Miro Papeles inesperados de Julio Cortázar.
De repente, aparecen.
Escondidos y atados con gomas. Montones de papeles con su letra, repartidos en varios cajones. Cuentos, minicuentos, fragmentos inventados.
ENCUENTROS
A veces uno debe hacer limpieza en los armarios, ponerlos patas arriba y rebuscar donde hace años no entra la luz. Ir sacando uno a uno pequeños tesoros y sorprenderse exclamando uff...cuánto tiempo sin ver esto-nisiquierameacordabadedóndeestaba-. Y resucitan: viejas fotografías, servilletas manuscritas, entradas gastadas de algún cine, un sobre que envuelve una carta, un lápiz sin usar, algún poema y quizá un número de teléfono al que nadie contesta. Se despiertan del sopor de las estaciones pasadas y nos sonríen con timidez. Aquí estamos, fuimos parte de tu vida, de tus horas, dicen.
Les miras, pasas tus yemas de los dedos y suspiras.
Llegan otros rostros y otros mundos, tú cuando eras diferente, cuando mirabas con otros ojos y tocabas con otras manos. Aquellos tiempos.
Y sin más, todo regresa a su sitio.
Nota mental: Mientras, no puedo dejar de recordar esa canción serratiana "Aquellas pequeñas cosas".
De repente, aparecen.
Escondidos y atados con gomas. Montones de papeles con su letra, repartidos en varios cajones. Cuentos, minicuentos, fragmentos inventados.
ENCUENTROS
A veces uno debe hacer limpieza en los armarios, ponerlos patas arriba y rebuscar donde hace años no entra la luz. Ir sacando uno a uno pequeños tesoros y sorprenderse exclamando uff...cuánto tiempo sin ver esto-nisiquierameacordabadedóndeestaba-. Y resucitan: viejas fotografías, servilletas manuscritas, entradas gastadas de algún cine, un sobre que envuelve una carta, un lápiz sin usar, algún poema y quizá un número de teléfono al que nadie contesta. Se despiertan del sopor de las estaciones pasadas y nos sonríen con timidez. Aquí estamos, fuimos parte de tu vida, de tus horas, dicen.
Les miras, pasas tus yemas de los dedos y suspiras.
Llegan otros rostros y otros mundos, tú cuando eras diferente, cuando mirabas con otros ojos y tocabas con otras manos. Aquellos tiempos.
Y sin más, todo regresa a su sitio.
Nota mental: Mientras, no puedo dejar de recordar esa canción serratiana "Aquellas pequeñas cosas".
23 enero 2010
Renglón mojado
ABRACADABRA
Eres tú
el que con su magia y con sus trucos
con su mira la moneda que ya ha desaparecido
ha metido mi corazón debajo de la chistera
y ha aparecido un kilo de arena
Eres tú
el que con su magia y con sus trucos
con su mira la moneda que ya ha desaparecido
ha metido mi corazón debajo de la chistera
y ha aparecido un kilo de arena
22 enero 2010
Apunte martilleado en una servilleta cualquiera:
Me siento abandonando una lancha y embarcando en un bote.
La treintena se ha agarrado a mis tobillos y se ha dejado caer, con todo el peso. Arrastro los quehaceres cotidianos dando pequeños pasitos, milimétricos, silenciosos. No alcanzo la orilla porque no dispongo de mapa, ni de carta de navegación.
O peor, no la encuentro porque, simplemente, no hay orilla.
Resucitando
En horas se cumple un año del abandono de este espacio. Suponía que sería algo definitivo, echar el cerrojo y no mirar más. Pero he de decir que me ha vuelto a picar el gusanillo.
Hoy otro amigo y su mundo están de cumpleaños. Y yo, de casualidad, he asomado un poco la nariz por aquí. Lo he visto tan abandonado, tan frío, tan pasado...que no he podido resistir la necesidad de aportar un poco de calor.
Me gustaría ser constante.
Soy un poco sol y el invierno me esconde.
Aquí estamos, hola.
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